Una fractura implica la solución de continuidad de un hueso, pudiendo ser completa o incompleta. Cuando se habla de fracturas incompletas o parciales, coloquialmente se ha acuñado el término “fisura”, mientras que el termino fractura ha sido más utilizado para hablar de fracturas completas, existiendo una clasificación más amplia atendiendo a la gravedad y forma de estas últimas. Las fracturas pueden ser causadas por traumatismos, como caídas, golpes o accidentes, o por condiciones médicas que debilitan los huesos, como la osteoporosis.
El tratamiento de una fractura generalmente implica inmovilizar el hueso afectado con yeso, férulas o dispositivos ortopédicos, y en algunos casos puede requerir cirugía para realinear los fragmentos óseos. No obstante, debido al constante avance tecnológico disponemos de terapias físicas que aceleran los tiempos de recuperación y garantizar una adecuada consolidación ósea. Un ejemplo es la terapia con el “Sistema Superinductivo” que, mediante la inducción de campos electromagnéticos de alta potencia, permite tratar estas patologías a través incluso de las férulas o escayolas, permitiendo comenzar la rehabilitación desde el día uno. (Hipervínculo Superinductiva)
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